8 cosas que Henri Cartier-Bresson te puede enseñar sobre fotografía
Henri Cartier Bresson (1908 – 2004) fue un célebre fotógrafo francés considerado por muchos el padre del fotorreportaje. Predicó siempre con la idea de atrapar el instante decisivo. Se trataba, pues, de poner la cabeza, el ojo y el corazón en el mismo momento en el que se desarrolla el clímax de una acción.
Consideramos a Cartier Bresson como el padrino de la fotografía callejera, del momento, de tener esa mirada única y narrativa que sólo los mejores fotógrafos pueden crear. Si te interesa este tipo de fotografía, listamos estas 8 cosas que se deben tener en cuenta para lograr una imagen única:
1. Enfocarse en la geometría
Si nos fijamos en la obra de Henri Cartier-Bresson, la aplicación de geometría en sus imágenes es algo poético. Si nos fijamos en la composición de sus imágenes se integran verticales, horizontales y diagonales líneas, curvas, sombras, triángulos, círculos y cuadrados. También presta especial atención a los marcos.
No ver al mundo tal como es, buscar formas y geometría que se produzcan naturalmente. Abrir la mente y romper el medio ambiente en diferentes elementos formales. Buscar las líneas que pueden llevar al sujeto o cuadros que pueden enmarcar la imagen. Convertir las imágenes en poesía e integrar actores y acciones interesantes cuando se está disparando.
2. Ser Paciente
Cuando Henri Cartier-Bresson hablaba de «El Momento Decisivo» se refería a que podría suceder de forma espontánea, pero otras veces tuvo que ser paciente y esperar. Pero independiente de esto, él era muy metodológico cuándo iba a salir a tomar fotos, buscando mantener en sus imágenes todos los elementos clave: la gente, fondo, encuadre y composición.
Cuando salgas a tomar fotos y encuentres escenas fascinantes, espera a que la persona adecuada pase y complete la imagen. Esto no quiere decir que se deba acampar durante horas para esperar a que se produzca el momento oportuno, pero conviene practicar un poco de paciencia. No siempre hay que salir a la caza de foto-oportunidades. Hay que permitir que lleguen gracias a la casualidad y a la buena mirada.
3. Viaja
Henri Cartier-Bresson viajó por el mundo y disparó su cámara por el mundo, capturando lugares como la India, toda Europa, Estados Unidos, China, y algo de Africa. Durante sus viajes, pudo capturar un trozo diferente de la vida y aprender más acerca de los pobladores del lugar. Duró casi un año en la India sumergido en su cultura por ejemplo.
Aunque puede ser bueno disparar algo de fotografía callejera en tu barrio, es mucho mejor viajar tanto como puedas. Explorar diferentes países y culturas te mantendrá inspirado y abrirá tus ojos.
4. Quedarse con un solo lente
Aunque Henri Cartier-Bresson disparaba con diferentes lentes mientras trabajaba con la agencia Magnum, prefería mantener su cámara montada con un lente de 50mm para su obra personal. Al permanecer fiel a este lente durante décadas, su cámara se convirtió en «una extensión de sus ojos».
5. Tomar fotos de niños
Una de las fotos más icónicas de Henri Cartier-Bresson es la de un niño que carga dos botellas de vino, con rostro de triunfo y aire de campeón. Henri Cartier-Bresson era un maestro al tomar fotos de infantes en su estado natural, creando imágenes que evocan una bella nostalgia al espectador.
Hoy día, es increíblemente difícil fotografiar a los niños (con toda la histeria acerca de temas sociales). Sin embargo, los niños son un gran tema para fotografíar cuando se trata de fotografía callejera. El ejercicio es: capturar sus juegos, curiosidad y hasta sus travesuras.
6. Ser discreto
Cuando Henri Cartier-Bresson disparaba en la calle, prefería mantenerse en un bajo perfil y lo menos intrusivo posible. Incluso se dice que cubría su Leica con cinta negra o con un pañuelo para ocultar su cámara. Esto es notorio en la mayoría de las imágenes que capturó, donde los sujetos son inconscientes de la cámara lo que crea una escena sincera.
7. No editar
Henri Cartier-Bresson se oponía a la edición. El creía que cuando se tomara una foto, esta siempre debería estar hecha por la cámara. Si su encuadre o composición no le convencía, desechaba la imagen.
8. No preocuparse por el revelado
Aunque Henri-Cartier Bresson sabía cómo revelar, nunca lo hizo. El hacía sus fotos y las enviaba a revelar a gente de confianza. Esto le dio una gran ventaja, ya que ahorró el tiempo de pasar en el cuarto oscuro, a invertirlo en hacer fotos en la calle.
En nuestra era moderna, los fotógrafos piensan mucho en «arreglar la foto en la post». Si realmente no se conoce nada acerca del proceso de revelado digital, se puede aprender Lightroom (Hay muchos tutoriales en la red).